domingo, 1 de junio de 2008

Y ya no hay nadie

Té para tres...
y yo, con los ojos vendados...
Parecía un juego perverso,
no me llamó la atención,
asi que no pregunté y solo seguí bebiendo el té.

Ahora el tipo organiza un té ...para más de tres.
Esta vez, yo no participe.
No, si hubiera sabido antes, no participaba en ninguno.
Que irónico,
Ella no sabe que esta tomando té con más de tres,
ella piensa que es un juego perverso, y no le extrañaría.
Porque tiene los ojos vendados.

Luego de varios días,
con ellas vendadas
el tipo colapsa...
No abre su boca,
en un juego clásico, esto no habría sido posible.
Se levanta.
Deja las tazas sobre el mantel y se va a casa.

En el fondo de él, sabe que aún tiene conciencia... y la comienza a usar.
También sabe, que es muy tarde ya para usarla.
No le sirve de nada.
Vuelve a encerrarse, y decide que no habrá mas té por esta temporada.

El tiempo pasa,
y los arboles están mas verdes que antes.
El sale a tomar aire fresco, entra a un salón de té nuevo.

Bien adornado estaba, tonos rojos en la vacía habitación.
Un ambiente elegante pero sutil.
La mesa grande al medio.
Toma asiento, los muebles forrados en terciopelo.
Comienzan esos susurros, la luz baja su intensidad.
Sensación de familiaridad.
Luego todo está oscuro.

Una venda cubre sus pequeños ojos...
y pensar que decían "es sólo un simple juego perverso".

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