sábado, 26 de octubre de 2019

A LA HOGUERA

Tumulto y sordera, tin tín.
Noches en vela, clin clín.
Calles desiertas.
Pastos pisados.
Motores de máquinas que vuelan.

La conciencia despierta de golpe.
La herida del recuerdo palpita sangre.
Si hasta los músculos tienen memoria.
Ráscate antes que empiece a picar.

Se manifiesta la cocina sumisa.
El menú repetido repite en la tripa, gases de lo mismo, ya todos los días.
En las mucosas lacrimógenas, metal pesado y palabrería.
Migajas, sudor y uñas de sinsabor y repugnancia.
Ingredientes selectos para poblar de monotonía.
Nos tragamos la estrategia.
Una amarga mugre en la garganta.
Ciudad dormida.
Enfermos sin cama.

Rebosa la olla, vomita la boca, se rebalsa la taza, se desborda un río, un volcán que estalla, la tormenta después de la calma. Ay, tanta calma...
Veranito de San Juan, espasmo de instinto.
El último suspiro, un alarido con cuchillo.
Cogotiado liberado, corre descalzo despavorido.
La fuerza de la vida en búsqueda de un cambio.
Bombas, piedras, campanas, estudiantes, sordos, jubilados, cesantes, incesantes.
Todos, todo se retuerce por un largo instante para tomar fuerza, acoplarse.
Bombea el bombo valor y sangre.
Lucha.
Repta una culebra gigante por las calles.

De tanto castigar el latón, la cuchara de palo se hace astilla.
Con lumas y troncos, cualquier leña seca es gasolina.
Hoy se cocina historia a la cacerola.
Con sangre, ladrón y mentira.
El pueblo es generoso, sean bienvenidos todos al fogón.
Que más grande es el corazón y la familia nunca olvida.
En la silla, de a pié, cada quien a su sitio. Arriba o abajo. Por ahí dicen estados de sitio.
Políticos, charlatanes, gobernantes y militares, también tienen una invitación.
Sí claro,pasen, que adelante les guardamos la mejor ubicación. Ahí donde las papas queman.
Sin metáforas. Compañero, póngale más carbón!

Miren como se da vuelta la tortilla.
Tanto les gustaba donde calienta el sol.
No nos vengan con el mismo cuento por favor.
Al fuego la mezquina.
Después de tanta hambre, nos damos el gusto y sacamos la voz. En honor a lo mudo, finado, desaparecido, abusado, cansado, inanimado, explotado...
Somos una sola boca, somos los cocineros, la llama, el fuego, la manifestación.
La furia de una sumisión.
El grito frenético estampado en la ventana.
Al unísono cantos por un futuro mejor.
Ceniza es abono y esperanza para mañana.
El azote de una patria descontenta, mancha con sangre la bandera.
Un cosquilleo de conciencia, remete brusco una réplica.
Bendigo la revolución.
Tiempos de paz y tiempos de guerra.

Clín, clín.



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