lunes, 1 de febrero de 2010

Lobo enamorado.

El lobo enamorado pierde el sentido del reloj y no razona el de la luna. Se le derrite la casa y no deja huellas. El caudal del río le crece y no se da cuenta. Se corta las uñas y se las lima. Intenta poner nidos para los pájaros más pobres y cansados y en eso se le va el día y la noche.
Sueña con idiomas nuevos, con mensajes secretos y sólo aveces descifra, despierta en medio del frío polar. No sabe que la estación eterna es invierno porque para el es primavera. Al lobo enamorado no le rebota el golpe en los pelos, si no adentro.

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