miércoles, 7 de abril de 2010

Amarillo polvoriento

Anoche pensaba que era el brillo de tus ojos pero hoy me doy cuenta de que no era eso lo que miraba cuando trataba de quedarme dormida. Hoy voy a revivir el momento y tratar de acortarlo, porque mientras más rápido pase mejor. No quiero que la mañana se demore el doble del recorrido que hacen los dos siglos en llegar al hoy, porque ha sido mucho tiempo en esta semana. El findesemana es un espejismo en medio del desierto, que solo dura un pestañeo y un paso. Y lo único real es el oasis que sigue conmigo a unos metros y que de vez en cuando se cruza con mis patas y mi cola. Extraño el viento que se tome la molestia de pasar por sobre mi pelaje, extraño las ramas que encontraba en el camino y los huesos semi escondidos bajo la arena. Ya no queda ni carne ni pudrición, si no que puros murmullos molestos a lo lejos y los espejismos que veo cada tantos días.
Me gustaría haber nacido muda. Ah, es que no me gustó nunca ser persona.

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