miércoles, 25 de marzo de 2009

A estas horas de la locura

que no me vengan con paraísos!
Y que no me vengan con que van a ser las 11.

Perdí mi día pensando en números perfectos, calculos eternos, fórmulas extrañas... en matemáticas. ¿Y para qué?
No, no mostraré mi lado realista por que siempre me llegan los sermones.
De nuevo, no soy pesimista. Y si más estudio, más me enredo y me va igual de mal o peor.
A estas horas, debería de ya estar duchada.
A estas horas ya debería de saber algo de ti, pero me estoy acostumbrando...
A estas horas debería de tener toda la materia clara y en mi cabeza.
Si pudiera tragarme el cuaderno y penetrar las hojas en mi cerebro lo haría.
Si fuera una suicida estresada con un increíble sentido del humor, y creatividad...(las dos últimas cualidades las tengo) lo haría.
Y sería la mejor consejera suicida de la historia, quizás podría ser una asesina sicóloga, preguntarle a mis queridísimos que es lo que los agobia tanto, y hacer de su muerte una dramática parodia.
Mejor cortaré el tema hasta acá.
Después me voy a arrepentir de haber publicado eso, JAJAJA.
Ehh, Pepe esta más grande.
Quizás mis sueños fueron por años.
Y dicen que son solo segundos.
Seguro un segundo lo suficientemente largo para poder crecer (originalmente una broma).
Me iré a bañar y si el tubo que siento tener en mi frente estuviera afuera, dejaría entrar un montón de agua para lavar un poco mi cerebro y refresarlo de tanta mierda numérica.
Otra vez, odio matemáticas con todo mi ser.
Amo las ciencias, pero las odio por que soy muy mala.
Mañana espero no ser la frustración con patas.
Y mañana espero que no me devuelvas la guitarra!
Si me la pasas, que sea o el viernes o el fin de semana, gracias.

Estoy decepcionada de mi misma, el colegio es un manipulador y cuando se trata de escribir algo bueno ...me arranca todas mis ideas, todo mi estilo de literatura barroca! Sólo me deja como asquerosa opción escribir sobre lo que hice, o pienso y de la peor manera, la manera más literal. Como me cargan mis últimas entradas, están lateras y poco poéticas. Demasiado comprensibles para mis pobres receptores.

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